viernes, 8 de agosto de 2014

Yo no quiero






Yo no quiero un amor civilizado,
Con recibos y escena del sofá;
Yo no quiero que viajes al pasado
Y vuelvas del mercado
Con ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros;
Yo no quiero sembrar ni compartir;
Yo no quiero catorce de febrero
Ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
Yo no quiero que elijas mi champú;
Yo no quiero mudarme de planeta,
Cortarme la coleta,
Brindar a tu salud.


Yo no quiero domingos por la tarde;
Yo no quiero columpio en el jardin;
Lo que yo quiero, corazón cobarde,
Es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
No me pidas llegar a fin de mes;
Yo no quiero comerme una manzana
Dos veces por semana
Sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;
Yo no quiero besar tu cicatriz;
Yo no quiero parís con aguacero
Ni venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado;
No me digas volvamos a empezar;
Yo no quiero ni libre ni ocupado,
Ni carne ni pecado,
Ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
Yo no quiero contigo ni sin ti;
Lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
Es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren.




Yo no quiero vivir sin tus besos y pasar tanto tiempo lejos de ti. Pero cada vez que te encuentro, sé que sos lo mejor que me ha pasado en la vida!

jueves, 7 de agosto de 2014

Vos y Yo





La cama es una montaña de ropa y sigo en camisón pensando qué me voy a poner, esto los hombres no lo entienden, una puede tener 5 pasillos de ropa, 500 pares de zapatos y no encontrar la ropa apropiada para el momento justo. Hoy es uno de esos momentos. Saco el viejo jean gastado, ese que cuando lo compré tenía unas  zonas raídas y hoy se han transformado en agujeros, pero es el que más te gusta, mi remera esa que me trajiste del último viaje a Singapur, las viejas zapatillas azules, que quedan geniales con la cartera esa que me llevó todo un mes terminar y mientras me visto, y veo la cartera descansando en la silla te recuerdo, todas y cada una de las frases que decías mientras la confeccionaba, tu risa las veces que la quise tirar a la basura. Miro la hora, las 9, en dos horas estarás acá.
Viajar hasta Ezeiza, tratar de llegar al mismo tiempo que tu avión, no quiero esperar, me voy a quedar sin uñas y ahora con la nueva ley no podré fumar, y me devoraré todos los caramelos que he comprado para la ocasión, pero odio esperar, vos lo sabés..
Me peino, y me pregunto si te gustará el cambio, cuando te fuiste hace 3 meses tenía el pelo rubio y largo, ahora volvió a su color original y lo tengo más corto, no me gusta el rubio, es el viejo chiste que conocés bien. Trato de arreglarlo de mil maneras, y ninguna me gusta, así que nada de peinados extravagantes, nada de cosas raras, si después de todo cuando me conociste estaba horrible, enferma, triste, angustiada y muerta de dolor. Y lelgaste vos, curaste mis heridas, una a una, reparaste mi corazón, cubriste con tu cariño cada pedacito que estaba destruido, me hiciste de nuevo.
Controlo que esté todo en su lugar, que los animales tengan agua y comida, valió la pena quedarse trabajando hasta tan tarde para tener este día para nosotros.
Mientras viajo en el colectivo pienso en cómo estarás, qué tal te habrá ido en el viaje, ojalá otra vez no te haya tocado una señora charleta como la otra vez. Deseo que en lo más profundo de mí que no te vayas tan pronto, que te quedes un poco más, un mes, un año, toda la vida. Pero de qué me quejo si aun cuando estabas en Japón tenía mi mail de buenos días,  y 50 fotos con cada lugar donde estabas. Siempre estás ahí aunque nos separe el mundo o como decís vos, aunque te manden a la Luna encontrarás la forma de estar cerca mío. Tengo tanto que contarte, todas las cosas que he superado y no me había dado cuenta, con quién hablé, a quién conocí, lo grande que está Emmet y las salvajadas que hace, el ratón que le compramos a cuerda y lo mucho que le gusta. Y caigo en la cuenta que ya todo eso te lo he estado contando todas las tardes a las 4 cuando llega el momento de encontrarnos en el cyber espacio. Pero parece que eso fue hace un siglo. Y no me doy cuenta y llego, me bajo, corro hasta llegar al aeropuerto, entro buscándote. Tan distraída estaba que no me di cuenta del tiempo que llevó el viaje, que tu avión debió haber llegado hace media hora, espero te busco en cada persona que camina por el océano de gente que me lleva por delante y de pronto te veo correr, abrazarme, como cada regreso, como cada vez que nos volvemos a encontrar y hasta tuviste el tiempo suficiente para comprarme otro muñeco para mi colección y te repito que ahí salen muy caros, y tu sonrisa como siempre, la que me llena de alegría, y tus chistes de dónde está la limusina esperando y vuelvo a decirte que nos volveremos a ir en colectivo, que sólo llevás una mochila y no vamos a gastar en taxis que eso sirve para otra cosa como para llevarle comida a los chicos de nuestro comedor y siguen las charlas,  y como cada vez otra vez intentando contarme todo en un minuto.
Estás acá y sólo eso importa, otra vez.. Vos y Yo!!