viernes, 1 de abril de 2016

La muerte...





-¿Qué es morir?
-Morir es 
Alzar el vuelo
Sin alas
Sin ojos
Y sin cuerpo.


¿Cuándo fue que de golpe habiendo un sol precioso, días pintados de arco iris, todo parecía felicidad y alegría, cambió?

El impacto destruyó lo más maravilloso que puede existir, la vida. 

Así de pronto se secaron las flores, se apagó el sol, dejaron los pájaros de cantar y el negro pintó lentamente el mundo. Un terrible silencio comenzó y acalló las calles.
Los ángeles están muriendo, uno a uno, anunciando el final. 

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino


Primero fuiste vos que así de pronto partiste sin siquiera anunciarlo y luego te siguieron tantas almas puras a las que les era imposible cohabitar en un mundo intoxicado por el odio, la violencia, la corrupción y un millón de etc. que no tienen nombre pero allí están.
Los hospitales hace tiempo atrás servían para curar, hoy sólo asesinan y no por culpa de los médicos que se desviven por hacer su trabajo lo mejor que pueden, sino porque se han robado todo incluso la esperanza y la existencia. 


Cuando haya muerto, llórame tan sólo
mientras escuches la campana triste,
anunciadora al mundo de mi fuga
del mundo vil hacia el gusano infame.

Y no evoques, si lees esta rima,
la mano que la escribe, pues te quiero
tanto que hasta tu olvido prefiriera
a saber que te amarga mi memoria.

Pero si acaso miras estos versos
cuando del barro nada me separe,
ni siquiera mi pobre nombre digas
y que tu amor conmigo se marchite,

para que el sabio en tu llorar no indague
y se burle de ti por el ausente.




No olvidar la cara de "no sé qué decir" que ya anuncia la partida de un ángel que no pudo salvar. Otro ángel que no despertó, y otro que se le llenaron los pulmones de agua que no lo dejó respirar..

Y lo más horrible es darse cuenta que ya no tenés lágrimas, que se te secó el alma y pedís ayuda, sin saber a quien porque todos están tan desolados como vos y te equivocás de lugar, la respuesta es un insulto. 

Te pegan acá y allá, como si fuera una pelea de box y estás perdiendo cada mañana un round que te destruye, arrastrándote llegás hasta la esquina donde reponés fuerzas pero sólo es un par de segundos y sabés que la pela continuará, vendrán más golpes pero no tenés más energía y debés seguir boxeando.. 

Te buscás un par de muletillas para poder continuar.. " Te voy a ignorar hasta que dudes de tu existencia" pero es mentira, vuelve una y otra vez el recuerdo, entonces esa frase se transforma en el oxígeno que te da vida.

Y siguen muriendo ángeles mientras el diablo va fortaleciendo a sus adeptos, la balanza se está inclinando para el lado de la maldad y no sabés cómo contrarrestarla, ya ni que a los malos les vaya mal te alcanza, querés verlos muertos a ellos, que se traguen sus palabras, que sientan el dolor que estás sintiendo, pero no, la Justicia Divina no existe, en este mundo al menos siempre ganan los malos, triunfa la muerte y no va quedando nadie..









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